domingo, 18 de abril de 2021

BENEFICIOS: FÍSICOS

Beneficios a nivel físico:


Actualmente el sobrepeso y la obesidad está comenzando a ser un gran problema entre los más pequeños. La práctica de la educación física ayuda a controlar estos aspectos así como a prevenirla en edades adultas.


La forma de ganar peso en los niños y en los adultos es diferente Mientras que en los adultos se gana o se pierde peso cambiando el tamaño de las células adiposas (células que almacenan y forman los depósitos de grasas del cuerpo), en los niños se generan nueva células para almacenar la grasa cuando sea necesario. Por tanto, los adipositos, según investigaciones, se incrementan en la infancia en lugar de en la edad adulta. Lo que esto quiere decir, es que los niños que tengan sobrepeso encontrarán mayores dificultades para perder peso que aquellas personas que engorden ya siendo mayores.


Cuando se pierde peso, después de una dieta muy estricta, es habitual que se produzca el efecto rebote, que se ganen los kilos que se han perdido e, incluso, se puede llegar a engordar más. Esto podría deberse (instituto sueco Karolinska Institutet), a que a partir de los 20 años las células adiposas, o adipocitos, que son las que acumulan las grasas, no disminuyen de número, sino que cuando se adelgaza sólo disminuyen de tamaño. "Los resultados muestran, al menos en parte, por qué es tan difícil mantener el peso después de adelgazar", afirma Peter Arner uno de los miembros del equipo que ha realizado el estudio, "las células adiposas necesitan llenarse de lípidos rápidamente”. Este descubrimiento avanza en el conocimiento de cómo el cuerpo humano regula su peso ya que demuestra que el número de adipocitos se mantiene constante a lo largo de la vida adulta. Hasta ahora se creía al adelgazar se reducía su número. Sin embargo, "el número total de células adiposas en el cuerpo es estable, porque se fabrican nuevas unidades y se equilibra con las que se eliminan por la muerte natural de las mismas", (Peter Arner)


En estas edades los huesos están en continua formación y crecimiento, por lo que es importantísimo que éstos crezcan con una mineralización considerable. La práctica de la actividad física favorece una mayor mineralización de los huesos -huesos más fuertes- y por tanto, se disminuye el riesgo de padecer osteoporosis a una mayor edad. En las niñas, si cabe, este aspecto tiene aún más importancia, porque a partir de la menopausia se produce una pérdida acelerada de la masa ósea, sobre todo entre los 5 y 10 primeros años posteriores a la pérdida de la menstruación.


La práctica de la educación física también produce una maduración del sistema nervioso motor y un aumento de las destrezas motrices. El conocimiento, la práctica y la valoración de la actividad física es un elemento indispensable para preservar la salud. Esta área es clave para que niños y niñas adquieran hábitos saludables y de mejora y mantenimiento de la condición física que les acompañe durante la escolaridad y lo que es más importante, a lo largo de su vida.


Su práctica nos protege de los riesgos derivados del sedentarismo (según la Organización Mundial de la Salud -OMS- el sedentarismo aumenta las causas de mortalidad, duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular, de diabetes de tipo II y de obesidad. Aumenta el riesgo de hipertensión arterial, problemas de peso, osteoporosis, depresión y ansiedad).


La educación física ayuda a conocer las limitaciones y posibilidades corporales, lo cual es básico en la formación de cualquier persona.


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